6.3.08

Cacaluta 30-10-99

De nuevo en el centro solar. Y desde aquí Madrid, con su aquiescencia glamorosa, y Canarias tan hispanoamericana y festiva, se ven como dos referencias efímeras en un parpadeo insomne.

Un proyecto justiciero: acabar con los neofenicios que profanan, con su afán desmedido de lucro y la celebración de todo tipo de simplezas, la relación autor-lector. El cincuenta por ciento que cobran ya los grandes mercaderes de libros hace pensar, con un regusto de rebeldía, en la grandeza de aquellos libreros que leían todo y sabían qué recomendarle a cada lector. Por lo demás, el papel de los editores es cada vez menos relevante: costos y beneficios sustituyen al gusto estético y la creatividad. Tal vez con la red literaria desaparezca la industria editorial como la conocemos hoy día (lo que supondría la salvación providencial de millones de árboles); sin embargo, estoy seguro que el libro de arte gozará de mejor ventura.

La novela que estoy escribiendo volvió a experimentar una reacomodación violenta. A la sugerencia de Fadanelli se le aunó la de Martín Solares y decidí con ellos que era mucho más fluida la versión lineal de las andanzas de Trilce. Probablemente en las divagaciones entre El y Trilce en el desierto intercale los capítulos contrapunteados a manera de intercambio terapéutico.

La doble posibilidad del creador: alimentarse de sus creaciones o ser devorado por ellas.

5.3.08

Madrid 13-10-99

Presentación en la Casa de América del librito que me encargaron sobre la conflictiva identidad entre España y México. A excepción de Alex de la Iglesia y su grupo, la mayoría de los asistentes era de la tercera edad: un público que ya no puede asistir ni a los bares ni a los estadios.

Mi tesis sobre el desplazamiento del centro de la Hispanidad de España hacia México no causó mayor sorpresa. Aquí en Madrid es ya un consenso la inevitable debilitación del Estado español frente al empuje desmesurado de las autonomías.

Mientras los ancianos se enfurecen contra los partidarios de la europeización a ultranza, los jóvenes mariposean por la Gran Vía en busca de nada. En El Corte Inglés los CDs de Luis Miguel se venden por miles, pero sobre México en realidad casi nadie en España puede expresar más que trivialidades turisteras.

Definitivamente el camino de los españoles hacia Hispanoamérica es directamente proporcional a la ignorancia en que se regodean.

México D.F. 9-10-99

Cena en casa de Paty Mazón, mi editora en Planeta. Además de ella y Raga estuvieron también Héctor Manjarrez y Martín Solares, editor de Tusquets.

Se habló sobre literatura y cine en gozosa discordancia. Condena total a Ripstein por su creciente deformación festivalera, y a Carlos Fuentes que se ha convertido en un personaje fársico para satisfacción de los consumidores de literatura estéticamente correcta.

Con Héctor la relación es cariñosamente belicosa. No perdona los destellos protagónicos, y cuando arremete lo hace con la torpe necedad de un macho cabrío en celo. Antes de la tercera copa la simpatía fue plenitud de concordancias, después el intercambio de opiniones se convirtió en guerra franca. Paty es ahora el último eslabón que me une a los fenicios de Planeta.

Cacaluta 30-9-99

Tres días bajo la lluvia, y por fin se abre un claro para sentir a plenitud un sismo de más de siete grados en la escala de Richter. En esos momentos todo se suspende en el más primitivo de los vértigos, y es ahí donde se puede ver la verdadera faz de lo efímero.
Después el tiempo volvió a cerrarse en agua, y la formidable armazón del Taller Estético me hizo sentir adentro de algo invencible.

Cacaluta 25-9-99

Días de intensas y extensas lecturas sobre indigenismo. El tema ha sido,y continuará siendo aún por muchos años, motivo de disputas estériles. Siempre que la herida de la mexicanidad comienza con su pálpito febril, el indigenismo pasa a ocupar el estrellato. El título de la ponencia que leeré en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria dentro del coloquio”Canarias encrucijada entre continentes” es por si mismo conclusivo: “Grandeza y decadencia del indigenismo en Mèxico”.

Ayer recibimos la visita del escrito Andrés Jorge, que es también el editor del National Geographic para América Latina. Vino con una asistente y un fotógrafo, con la intención de dedicarle unas páginas de la revista al Parque Nacional Huatulco.

Maté un ejemplar de “cuarentamanos” impresionante (casi veinticinco centímetros de largo), y ante las sacudidas estertóricas, con el cuerpo encendido de todos los rojos posibles en electrizante contraste con el negro ponzoñoso de las puntas de sus extremidades, se me hizo claro que matar por prevención es propio de la crueldad humana. En la pesca y la cacería la captura y muerte de la presa son el resultado de una acción que exige la máxima impecabilidad; por el contrario, cuando aplastamos a un insecto ponzoñoso es el temor lo que hace que aflore en nosotros el simio que llevamos agazapado muy adentro, y que no es capaz de otra respuesta que el temor histérico.

Cacaluta 22-9-99

Los sueños de vuelo se han distanciado en la medida en que he dejado de ensoñar a media mañana para dedicarme de lleno a la literatura.

La bajeza moral y el trasiego de poder me inflaman a menudo de rebeldía, aunque en el fondo esté convencido que tanto en los sueños como en la vida cotidiana la única salida es el desapego.

Siempre he admirado por su fluidez y capacidad de renuncia a los estoicos y los místicos. Por supuesto que no me imagino a Séneca o a San Juan de la Cruz encima de las rocas jalando un pargo o espiando en la cima de un pochote la llegada de un venado. Lo que me une a ellos no es el acecho exterior, sino la convicción plena en la vivencia interior, la búsqueda de la máxima potenciación del ser, el anhelo más sublime al que podemos aspirar.

Es claro que no soy un soñador, aunque me atraiga el andar merodeando por otros mundos. Por naturaleza y convicción soy un acechador: algo de pico y garra más próximo al águila que al búho.

Cacaluta 20-9-99

En Francia desfilaron trescientos mil imbéciles a favor de la música tecno. Al mismo tiempo en la selva de Chiapas los neozapatistas le muestran el culo al ojo insensible del satélite.

Una tardía enjambrazón de termitas convirtió el atardecer en una violenta erupción de corpúsculos voladores. De pronto, como engendros electrónicos salidos de una pantalla, las libélulas comenzaron a arrojarse sobre el torbellino con una precisión asesina. En el viaje hacia la luz está siempre al acecho la muerte.

Cacaluta 19-9-99

Demasiados nueves, demasiada importancia, demasiado todo... Vivimos el momento histórico del cambio, el exceso carnavalesco en que las masas exigen sacrificios y los líderes sólo pretenden el aplauso.

Regreso del Encuentro Internacional de Escritores en Monterrey: un desfile de mediocridades de cuerpo y mente en la pasarela del erotismo. Algo entre la seudoliteratura y el vómito. Hablé del erotismo como genuina representación del gasto excesivo de energía; un gasto que sólo es posible en el ocio. Ni el guerrero ni el trabajador pueden permitirse el malgaste de energía erótica.
Fue como un vendaval de ideas sobre mentes que nada más piensan en contratos, regalías y aplausos.

Esta vez Raga evitó que arremetiera críticamente contra la pésima estructuración del Encuentro. Las organizadoras prometieron cambios, pero estoy seguro que el burocratismo y la pedagocracia terminarán aniquilando el Encuentro.

En mi particular código ético todos merecemos otra oportunidad. Sin embargo, conceder una tercer oportunidad sería ya incurrir en lo fársico: la primera oportunidad es políticamente correcta, la segunda es éticamente correcta; y la tercera implicaría la ridiculización de las dos primeras. Primero fue la ofensa de Mempo Giardinelli, al forzar –con su solo voto contra los de David Martín del Campo y Eduardo Parra- la división del Premio nacional de literatura IMPAC con Rafael Ramírez Heredia. Luego vino el golpe bajo que le dieron a Guillermo Fadanelli, que por haber ganado el premio el año pasado debería ser miembro del jurado de este año, y que lo dejaron fuera sin notificación alguna...Y ahora me entero que Gonzalo Celorio le arrebata el premio a Daniel Sada con un solo voto a favor, el del energuménico R. H. Moreno-Durán que inutilizó el de Margo Glanz y el de un sumiso maestro del Tecnológico de Monterrey: así se hace la microhistoria de la literatura de la caída.

De vuelta a casa, varios arbolitos y cactáceas destruidos: reminiscencias bárbaras de los hijos del cuidador. Nicéforo regresa de Gringolandia con la mente en blanco respecto a la terrible enfermedad venérea que trajo de allá, y que después de enormes gastos y consultas a médicos y curanderos terminó curando Lucía con un antibiótico carísimo.


Cada día me convenzo más de que estos indígenas y su bárbara prole terminarán comiéndose al Imperio. Tal vez algún día logra aceptar como única respuesta a tanta incultura la fluidez y el desapego.

Cacaluta 1-9-99

Dos días rumiando El erotismo de Bataille. Prefiero ahora, después de veinte años de la primera lectura, la fluidez y diversidad de La parte maldita. En la visión erótica de Bataille hay una infravaloración imperdonable de la animalidad del cuerpo humano, y las contradicciones (lo bello y lo feo del erotismo, lo profano y lo sagrado, lo prohibido y lo permitido, etc.) llegan a ser una carga enfadosa para el entendimiento. En lo esencial me sigue pareciendo una obra de primer rango; pero que requiere la complementación de lecturas instintivas como las de Miller y Bukowski… ¡Sade jamás! Sería la más inverosímil identidad de los opuestos, la aniquilación de toda moral heroica: en vez de exaltación del instinto, pura patología del delirio; en lugar de una moral libertina, una moral carcelaria…

A la vista de una concelebración de cangrejos ermitaños, surgió claro el pensamiento de que el cambio de habitáculo, a medida que el cangrejo va creciendo, es similar a la maduración y cambio de las ideologías; al final lo único que queda claro es que los sistemas y las protecciones son tanto más válidos cuanto menos se absolutizan.

Cacaluta 30-8-99

Ayer Weimar y la Alemania unida celebraron de manera muy especial otro aniversario del nacimiento de Goethe. Más de cien mil personas se reunieron en la designada capital de la cultura europea del 99 para beber cerveza y compartir el pasmo del homenaje mulitudinario. Se venció de todo, desde libros hasta figurillas con la imagen mofletuda del patriarca y de su gran amigo y confidente Schiller. La noticia me llegó con el repulsivo clamor comercial que ahora parece envolverlo todo. No obstante, es mil veces preferible el griterío profano en torno a la memoria de los hombres sabios, que el estallido masivo ante engendros como Hitler “que sublevan contra sí al universo”.

Por la mañana, lluviosa y electrizada como los dos días anteriores, Nicéforo demolió mi escepticismo demostrándome que la cantidad de gusanos blancuzcos que brotaron por doquier caminaban sobre su espalda. A la vista de la boca y las patitas que parecían prevenir un ataque desde el aire, tuve la sospecha de que tal vez en el arrastre defensivo a que hoy se ve obligado el habitante de las grandes urbes, esté ya anunciada la futura desaparición de pies y manos: una sociedad que empieza a vivir de espaldas, está condenando a sus vástagos al vil arrastre.

Lecturas efímeras de autores contemporáneos: libros que mi humilde biblioteca rechaza por falta de espacio. Entre todos los recibidos el más reciente de Daniel Sada Porque parece mentira la verdad nunca se sabe merece que se le haga un lugar. Se trata de un delirio lingûístico interminable, como si al desierto de Sonora comenzaran de pronto a crecerle las más inverosímiles orquídeas por todos lados.