Leonardo da Jandra y Guillermo Fadanelli durante la presentación.
En el foro Octavio Paz de la librería del Fondo de Cultura Económico de Miguel Ángel de Quevedo de la ciudad de México, donde no cabía un pescado más de los múltiples que han caído en La Almadraba escrito por Leonardo da Jandra (y último volumen que cierra la trilogía costeña empezada por Huatulqueños y Samahua) el polémico escritor Guillermo Fadanelli dijo que: Da Jandra, sin ser mi maestro siempre tiene un título que recomendarte que te cambia la vida. Continuó diciendo Fadanelli que da Jandra es un escritor necesario en la literatura, porque de no existir su obra, una parte del espíritu se quedaría a oscuras. Espíritu en el sentido alemán que es el de crear objetos que no se encontraban antes en el mundo y hacer así menos oscura nuestra existencia.
En esta novela se revela la pasión por el mar y el respeto al poder destructor de la naturaleza. Cazador minucioso, en su novela La Almadraba, sus personajes poseen una realidad desoladora; es como si el lector llevara la novela a la espalda, siendo transportado hacia lugares inéditos. Fadanelli citó a Dostoievski al decir que en esta nueva novela de da Jandra se nota “el sufrimiento como un tomar conciencia de las cosas”. A Guillermo le gustó mucho un personaje dialoga con la muerte diciendo que: “Yo ya estoy más muerto que vivo, por lo tanto puedo hablar sin ofender a nadie”. Y es que la vida y la muerte se vuelven un constante renacer, otra mirada de la muerte y de la vida presentes en Huatulqueños y Samahua.
Continuó Guillermo comentando que: en La Almadraba, se enfrenta el lector a un mar de palabras, donde el conjuto de historias son llevadas por el mismo impulso de las mareas. Cazador y pescador consumado, da Jandra tiene conciencia cabal de los habitantes de la selva y el mar, por lo que su narración jamás nos cansa. Siente Leonardo una pasión por el héroe en la eterna caída, el héroe trágico. El héroe que sabe que, a su pesar, va a perder, pero que da la lucha hasta el final. Y continúa diciendo Fadanelli que esta novela es una obra de un humanismo visto desde un lado idealista, a pesar de las derrotas aparentes de sus personajes. No negará da Jandra que tiene que ver con el romanticismo alemán: La Almadraba es una metáfora, una red de donde nadie logra escapar, una humanidad atrapada en las redes del consumismo y la depredación de su entorno. Y acaba diciendo Guillermo que es necesario proteger y luchar porque la reserva huatulqueña permanezca para las nuevas generaciones y no termine como otro Acapulco o Cancún.
Después el escritor Leonardo da Jandra dijo que empezó a escribir La Almadraba justo el día en que los burócratas sin alma de FONATUR le notificaron la demanda por “haber invadido un predio que ocupaba con su compañera desde cuatro años antes de que llegar FONATUR a Huatulco”. El autor de Huatulqueños y Samahua, añadió que con esta novela se cerraba no sólo el ciclo de la trilogía costeña, sino también su proyecto utópico en la costa de Huatulco. Da Jandra lamentó que hayan tenido que ser los burócratas de FONATUR los encargados de expulsarlo de su paraíso huatulqueño pero, enfatizó que está encantado con el cambio que ha experimentado su vida y la de su compañera a partir de su traslado a Oaxaca.
Ya en el terreno exclusivamente literario dijo que La Almadraba es la novela más metódica y precisa que ha escrito, una un profundo y sincero agradecimiento de todo lo que el mar le ha dado. Enfatizó que es imperdonable que en un país con casi once mil kilómetros de litorales apenas exista literatura sobre el mar y que lo más rescatable de Marx era que decía que había que naturalizar al ser humano y humanizar a la naturaleza, y se declaró a favor de la conservación del Parque huatulqueño y en contra de los proyectos turísticos que FONATUR pretende realizar en Cacaluta, atentando contra la sociedad huatulqueña y su naturaleza pródiga.
Leonardo comentó que varias veces ha estado a punto de morir en el mar, y que la muerte no es como dicen algunos, algo aterrador, sino es solamente un cambio de piel porque nuestro espíritu nunca morirá…
Concluyó su presentación da Jandra diciendo que lo mejor de la literatura es para crear amigos como Fadanelli. Dijo que el mayor enemigo el intelectual es el burócrata arrogante que no ve sus deficiencias y no se rodea de un buen equipo para tomar las mejores decisiones, el mayor bien, el mayor tiempo posible y para la mayor cantidad de gente.
Después de varias intervenciones del público, Fadanelli dijo que La Almadraba es “La novela del Mar”.