5.3.08

Cacaluta 22-9-99

Los sueños de vuelo se han distanciado en la medida en que he dejado de ensoñar a media mañana para dedicarme de lleno a la literatura.

La bajeza moral y el trasiego de poder me inflaman a menudo de rebeldía, aunque en el fondo esté convencido que tanto en los sueños como en la vida cotidiana la única salida es el desapego.

Siempre he admirado por su fluidez y capacidad de renuncia a los estoicos y los místicos. Por supuesto que no me imagino a Séneca o a San Juan de la Cruz encima de las rocas jalando un pargo o espiando en la cima de un pochote la llegada de un venado. Lo que me une a ellos no es el acecho exterior, sino la convicción plena en la vivencia interior, la búsqueda de la máxima potenciación del ser, el anhelo más sublime al que podemos aspirar.

Es claro que no soy un soñador, aunque me atraiga el andar merodeando por otros mundos. Por naturaleza y convicción soy un acechador: algo de pico y garra más próximo al águila que al búho.

Cacaluta 20-9-99

En Francia desfilaron trescientos mil imbéciles a favor de la música tecno. Al mismo tiempo en la selva de Chiapas los neozapatistas le muestran el culo al ojo insensible del satélite.

Una tardía enjambrazón de termitas convirtió el atardecer en una violenta erupción de corpúsculos voladores. De pronto, como engendros electrónicos salidos de una pantalla, las libélulas comenzaron a arrojarse sobre el torbellino con una precisión asesina. En el viaje hacia la luz está siempre al acecho la muerte.

Cacaluta 19-9-99

Demasiados nueves, demasiada importancia, demasiado todo... Vivimos el momento histórico del cambio, el exceso carnavalesco en que las masas exigen sacrificios y los líderes sólo pretenden el aplauso.

Regreso del Encuentro Internacional de Escritores en Monterrey: un desfile de mediocridades de cuerpo y mente en la pasarela del erotismo. Algo entre la seudoliteratura y el vómito. Hablé del erotismo como genuina representación del gasto excesivo de energía; un gasto que sólo es posible en el ocio. Ni el guerrero ni el trabajador pueden permitirse el malgaste de energía erótica.
Fue como un vendaval de ideas sobre mentes que nada más piensan en contratos, regalías y aplausos.

Esta vez Raga evitó que arremetiera críticamente contra la pésima estructuración del Encuentro. Las organizadoras prometieron cambios, pero estoy seguro que el burocratismo y la pedagocracia terminarán aniquilando el Encuentro.

En mi particular código ético todos merecemos otra oportunidad. Sin embargo, conceder una tercer oportunidad sería ya incurrir en lo fársico: la primera oportunidad es políticamente correcta, la segunda es éticamente correcta; y la tercera implicaría la ridiculización de las dos primeras. Primero fue la ofensa de Mempo Giardinelli, al forzar –con su solo voto contra los de David Martín del Campo y Eduardo Parra- la división del Premio nacional de literatura IMPAC con Rafael Ramírez Heredia. Luego vino el golpe bajo que le dieron a Guillermo Fadanelli, que por haber ganado el premio el año pasado debería ser miembro del jurado de este año, y que lo dejaron fuera sin notificación alguna...Y ahora me entero que Gonzalo Celorio le arrebata el premio a Daniel Sada con un solo voto a favor, el del energuménico R. H. Moreno-Durán que inutilizó el de Margo Glanz y el de un sumiso maestro del Tecnológico de Monterrey: así se hace la microhistoria de la literatura de la caída.

De vuelta a casa, varios arbolitos y cactáceas destruidos: reminiscencias bárbaras de los hijos del cuidador. Nicéforo regresa de Gringolandia con la mente en blanco respecto a la terrible enfermedad venérea que trajo de allá, y que después de enormes gastos y consultas a médicos y curanderos terminó curando Lucía con un antibiótico carísimo.


Cada día me convenzo más de que estos indígenas y su bárbara prole terminarán comiéndose al Imperio. Tal vez algún día logra aceptar como única respuesta a tanta incultura la fluidez y el desapego.

Cacaluta 1-9-99

Dos días rumiando El erotismo de Bataille. Prefiero ahora, después de veinte años de la primera lectura, la fluidez y diversidad de La parte maldita. En la visión erótica de Bataille hay una infravaloración imperdonable de la animalidad del cuerpo humano, y las contradicciones (lo bello y lo feo del erotismo, lo profano y lo sagrado, lo prohibido y lo permitido, etc.) llegan a ser una carga enfadosa para el entendimiento. En lo esencial me sigue pareciendo una obra de primer rango; pero que requiere la complementación de lecturas instintivas como las de Miller y Bukowski… ¡Sade jamás! Sería la más inverosímil identidad de los opuestos, la aniquilación de toda moral heroica: en vez de exaltación del instinto, pura patología del delirio; en lugar de una moral libertina, una moral carcelaria…

A la vista de una concelebración de cangrejos ermitaños, surgió claro el pensamiento de que el cambio de habitáculo, a medida que el cangrejo va creciendo, es similar a la maduración y cambio de las ideologías; al final lo único que queda claro es que los sistemas y las protecciones son tanto más válidos cuanto menos se absolutizan.

Cacaluta 30-8-99

Ayer Weimar y la Alemania unida celebraron de manera muy especial otro aniversario del nacimiento de Goethe. Más de cien mil personas se reunieron en la designada capital de la cultura europea del 99 para beber cerveza y compartir el pasmo del homenaje mulitudinario. Se venció de todo, desde libros hasta figurillas con la imagen mofletuda del patriarca y de su gran amigo y confidente Schiller. La noticia me llegó con el repulsivo clamor comercial que ahora parece envolverlo todo. No obstante, es mil veces preferible el griterío profano en torno a la memoria de los hombres sabios, que el estallido masivo ante engendros como Hitler “que sublevan contra sí al universo”.

Por la mañana, lluviosa y electrizada como los dos días anteriores, Nicéforo demolió mi escepticismo demostrándome que la cantidad de gusanos blancuzcos que brotaron por doquier caminaban sobre su espalda. A la vista de la boca y las patitas que parecían prevenir un ataque desde el aire, tuve la sospecha de que tal vez en el arrastre defensivo a que hoy se ve obligado el habitante de las grandes urbes, esté ya anunciada la futura desaparición de pies y manos: una sociedad que empieza a vivir de espaldas, está condenando a sus vástagos al vil arrastre.

Lecturas efímeras de autores contemporáneos: libros que mi humilde biblioteca rechaza por falta de espacio. Entre todos los recibidos el más reciente de Daniel Sada Porque parece mentira la verdad nunca se sabe merece que se le haga un lugar. Se trata de un delirio lingûístico interminable, como si al desierto de Sonora comenzaran de pronto a crecerle las más inverosímiles orquídeas por todos lados.

25.10.07

Cacaluta 25-8-99

Visita de Guillermo Fadanelli y Martín Solares. Los dos reunen esos rasgos de nobleza e inteligencia que distinguen a los hombres originales. Hasta ahora ninguno de los dos ha alcanzado la plenitud creativa; pero, de persistir en el intento, Guillermo podría convertirse en el narrador por excelencia de la infernalidad urbana, y Martín en el editor de la narrativa mexicana del nuevo siglo. Es posible: todo depende del desenlace de la lucha radical entre la soberbia y la humildad, la luz y la oscuridad

Mucho agave y demasiadas palabras. Martín insistió en que desearía ser mi editor, deseo que comparto tras el creciente desacuerdo con Planeta. Sin embargo, le falta aún a Martín un buen trecho –quizás el más difícil- para superar el promisorio desempeño que logró alcanzar en Tusquets.

Ante el asalto de los neofenicios al poder editorial, no sólo se me sublevan las ganas de escribir, sino también las de publicar. Por desgracia aún no he aprendido a serle fiel al silencio.

Cacaluta 16-8-99

Hace una década el peregrinar de lectores que venían a confirmar lo narrado en Entrecruzamientos nos puso al límite del aislamiento radical. Jóvenes universitarios en su gran mayoría, que se aventuraban a través de la selva o venían con algún lanchero con ánimo de conocer al impecable don Ramón y comprobar si los delirios de ruptura que le habían despertado los tres volúmenes tenían una fundamentación existencial. Resultaba cuando menos desconcertante encontrarse con tanta expectativa y admiración en esas miradas que anhelaban zambullirse en su propia experiencia utópica.

Hoy, las lanchas y los yates que pasean a los turistas en el área marítima del Parque Nacional recitan una mezcla de verdades y mentiras justo frente a nuestro refugio, y esta rutina profana nos recuerda sentenciosamente que somos una anomalía en franco proceso de extinción.

Con los netos huatulqueños, después de la respuesta agresiva motivada por la publicación de Huatulqueños y Samahua, la relación parece haber entrado ya en una fase de respeto y simpatía. Sin embargo, queda entre los especimenes más broncos y maleados por el poder, un rescoldo de resentimiento hacia mi vida y mi obra que recuerda a los peores tiempos de barbarie.

Desentrañar literariamente la esencia nucleohistórica de un pueblo suele ser una ofensa imperdonable para los que usufructuan el poder presentáneo: el rechazo lo vivieron Tolstoi y Dostoievsky, y también Faulkner y Valle-Inclan; en México el caso de Rulfo sería patético si no fuera trágico, pues todavía está por dilucidarse cuánta culpa le correspondió al rechazo de algunos de los paisanos más encumbrados hacia Pedro Páramo y El llano en llamas en la esterilidad sufriente del autor.

En todas las culturas la visión esencial que da rostro y corazón a la comunidad, siempre ha sido considerada como un privilegio exclusivo de la casta sagrada. La transgresión de la norma por alguien ajeno a este sacerdocio, es un acto criminal; por eso los romanos le daban al término sacer esa doble connotación de reverencia y transgresión.

A decir verdad, sólo el destino providencial pudo hacer posible que todos los intentos por convertirme en festín de zopilotes no alcanzaran a consumarse.

Cacaluta 15-8-99

El culto a la ganancia rápida, sin importar para nada la moral, la justicia y el espíritu, me hace reflexionar que el facilismo y la decadencia no son en el fondo más que formas de renuncia. Lo que una obra light nos muestra es la fugacidad de lo aéreo, de lo que no tiene enraizamiento ni permanencia. Para que una obra describa la decadencia sin mediocrizarse, debe llevar implícita la motivación esencial de la caída; es decir, deberá ser la visión de una omnisciencia que en todo momento trascienda los límites de lo narrado.
Y si bien es cierto que las cosas muestran su verdad cuando dejan de ser lo que son, este “dejar de ser” debe entenderse más como un esfuerzo necio por querer seguir siendo, que como una renuncia resignada. Este, justamente, es el sentido que Valle-Inclán le daba a la grandeza caída: el empeño obstinado e inútil de la plenitud por evitar el abrazo de la nada.
En última instancia, el único conocimiento que se acerca a la verdad es el del tránsito del ser hacia la nada. Pero, ¿y qué es la nada sino la fusión con el Todo?

Cacaluta 12-8-99

La visión de un venado con su nueva cornamenta me hizo recordar el ciclo de muerte-renacimiento que rige para la vida no domesticada. Los huatulqueños creen que es el propio dueño de los animales salvajes –divinidad oscura y justiciera- el que recoge la cornamentas cuando al inicio de la temporada de lluvias los venados se desprenden de ellas. Lo sorprendente del asunto es que en los veinte años que llevo recorriendo la selva jamás haya podido dar con alguna cornamenta desprendida. La razón, no obstante, parece obvia: el pelo se transforma en hueso, y el hueso en polvo pútrido.
El cambio de cornamenta es, sin duda, otra versión del mito de Deméter: en éste está contenido todo el misterio del culto vegetal; en aquél, puede verse la ritualidad de una cultura guerreante. Si partimos de que la inteligencia es el arma más efectiva del hombre, me atrevería a pensar que el cambio anual de la visión del mundo nos pondría ante las cosas con una sana actitud de pasmo.
En el fondo, la creación –toda forma de creación- no es otra cosa que un cambio de cornamenta. Desechar y perfeccionar, morir y renacer cíclicamente –en cada sinfonía, cada libro, cada cuadro- son las dos fases del proceso creativo. El creador que no se desprende de sus armas después de cada hallazgo, quedará de inmediato fuera del ritual creativo; a la distancia verá la disputa de los más capaces y sólo podrá acceder si acaso al goce fugaz de alguna medianía.

Cacaluta 10-8-99

Diosecillos arrogantes cuando no pobres diablos, estamos condenados a vivir en la incompletitud del tránsito. La total diversidad es igual de anuladora que la plena uniformidad. No puede haber grandeza en una sociabilidad donde todos sus miembros se consideran únicos en su afán protagónico. Los igualitarismos sociales no son más que intentos autoritarios que pretenden violentar la desigualdad natural.
Cuánto más vivo y sufro las miserias de los indígenas, más me convenzo de que el indigenismo es en realidad la consumación de todos los errores de Occidente. Es desalentador comprobar cómo el indígena que supera el resentimiento histórico, termina la mayoría de las veces convirtiéndose en tiranuelo de su propia gente.
Si en la travesía es donde se forja el destino, es claro que el futuro del resentimiento indígena será el total desarraigo.