25.10.07

Cacaluta 15-8-99

El culto a la ganancia rápida, sin importar para nada la moral, la justicia y el espíritu, me hace reflexionar que el facilismo y la decadencia no son en el fondo más que formas de renuncia. Lo que una obra light nos muestra es la fugacidad de lo aéreo, de lo que no tiene enraizamiento ni permanencia. Para que una obra describa la decadencia sin mediocrizarse, debe llevar implícita la motivación esencial de la caída; es decir, deberá ser la visión de una omnisciencia que en todo momento trascienda los límites de lo narrado.
Y si bien es cierto que las cosas muestran su verdad cuando dejan de ser lo que son, este “dejar de ser” debe entenderse más como un esfuerzo necio por querer seguir siendo, que como una renuncia resignada. Este, justamente, es el sentido que Valle-Inclán le daba a la grandeza caída: el empeño obstinado e inútil de la plenitud por evitar el abrazo de la nada.
En última instancia, el único conocimiento que se acerca a la verdad es el del tránsito del ser hacia la nada. Pero, ¿y qué es la nada sino la fusión con el Todo?

No hay comentarios: