11.4.08

Cacaluta 31-10-99

Nueva visita del escritor Andrés Jorge. Es un caso en que vida y obra están regidos por la misma exigencia: el rigor y el éxito. Es casi seguro su salto literario; sin embargo, ninguna de las tres novelas que hasta ahora ha escrito (ni siquiera la que ganó el Premio Joaquín Mortiz) han logrado aún la madurez de su ingenio original. El siempre echa por delante su condición de escritor de tiempo completo, pero lo cierto es que le resulta imposible desprenderse de su papel de editor de National Geographic en español. Aunque nació y creció en Cuba, su visión del mundo y de la literatura tiene la lucidez límite del talento latino con la mejor ironía norteamericana. Acordamos que en el número de julio del 2000 salgan seis páginas de la revista dedicadas al Parque Nacional Huatulco.

Me enviaron Paraderos literarios de Ricardo Garibay. Prosa intensa y rencorosa; por momentos alcanza la luminosidad del gran maestro, aunque el odio insuperable a los imbéciles consagrados termine desdibujando los grandes trazos.

Garibay es un caso contrastante de hombre que logró vivir de su pluma. Jamás dejó de proclamar la primacía del arte sobre la vida; pero su vida áspera e intolerante se cernió sobre su obra y la privó del mejor brillo. Para el Lucifer que aún llevo adentro, el caso de Garibay es alertante: atacar sin tregua a los mediocres que triunfan conduce inevitablemente al aislamiento. Y al final suelen ser los mediocres los elegidos para reescribir la Historia. 

Al poco tiempo de publicarse Huatulqueños, Martín Solares fue a Cuernavaca a entrevistarlo y le llevó un ejemplar. Garibay lo leyó y le habló a Martín por teléfono para decirle que cuando yo pasara por la ciudad de México me acercara a Cuernavaca para compartir con él un buen vino. Por ese tiempo tenía Garibay un programa de televisión sobre crítica de libros, y al ver uno de esos programas recibí tal impresión negativa, que preferí quedarme en el ámbito estricto de la obra. Cuando un autor tiene una impronta vital soberbia, lo más conveniente es que su obra pase por anónima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://literuptura.blogspot.com/ esto sí es literatura....

Anónimo dijo...

Nunca vi condensado tanto ego en tan pocas lineas. Mis felicitaciones al autor, en definitiva es una excelente parodía de la literatura caudillista