23.8.07

Cacaluta 9-6-99

Entre lo último que leí he encontrado pocas obsesiones perdurables. Y quiero entender aquí por obsesión un doblegarse del sujeto ante sus delirios esenciales: Kant ante el método, Hegel ante el sistema, Marx ante la Historia...; pero en el ámbito estrictamente literario Lowry es uno de los candidatos más sólidos para ser campeón de los obsesivos. La manera cómo nos hace participar de su obsesión por ver publicado Bajo el volcán, es patológicamente extraordinaria. Esos celos que siente - mientras le rechazan por duodécima vez el manuscrito- del éxito alcanzado por The lost weekend, me regresó de golpe a mediados de los setenta, cuando la aparición de Dialéctica de lo concreto de Kosik y La estructura de las revoluciones científicas de Kuhn, tenían desquiciado al autor febril de Totalidad, seudototalidad y parte.

Hoy por la mañana, al querer apartar un leño de la lumbre, me picó un alacrán. El dolor y la autocondena por el desliz me llevaron por momentos a una fase exterminadora. Es increíble comprobar cómo la agresión de un individuo es asimilada por la conciencia sufriente como una agresión de toda la especie. Siguen irregulares las lluvias, y los animales y las plantas parecen suspendidos en el pasmo de esta transición anómala.

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