24.8.07

La Carlota (sierra mazateca) 3-7-99

Llegamos ayer por la tarde. El viaje casi una rememoración fantasmal de los tiempos de Lowry: los mismos olores (excremento, diesel y frutas) y la misma gente sufridora y capaz de engullir todo lo que la sociedad global le ofrece emplasticado a bajo precio. Ante las imágenes sin alma de las terminales de autobuses de tercera clase, es obvio el error eurocéntrico de Darwin: no son los más aptos los que sobreviven, sino los más acrisolados en la adversidad y el dolor.

Durante un par de días, y al calor beligerante de los mezcales, un nutrido grupo de escritores oaxaqueños me tomó por conciencia justiciera de sus resentimientos caníbales. Por fin parecieron entender que sin autocrítica ni entrega metódica no puede consolidarse obra alguna. Filadelfo esta vez no traía la pistola para apoyar sus verdades; pero el poeta del mar César Rito Salinas continúa arrojando sus insultos sobre los colegas infértiles con la fuerza intolerante de un profeta pagano. El pintor Francisco Toledo se sentó entre nosotros sin desprenderse ni por un instante de su mutismo ritual; cuando finalmente se alejó cansado de oír a los enmezcalados, alguien se apresuró a comentar que su creciente desesperación creativa tenía mucho que ver con la veneración que le rendían. Conmigo, como siempre, fue respetuoso y defensivo; aunque sé muy bien que mi acento peninsular lo pone en un crispamiento distanciante.

Hoy por la mañana fuimos a recolectar teonanácatl, y mientras Raga y Lucía descansan un par de horas en preparación para la experiencia, yo escribo estas líneas y de cuando en cuando levanto la vista para deleitarme con las filigranas (en rojo, amarillo y negro) de un falso coralillo de más de un metro de largo, que ayer maté en esta bodega y cuya piel está ahora pegada en un horcón justo frente a donde estoy escribiendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me inicié en Palenque Chiapas, otro lugar místico que poco a poco se va despersonalizando, al igual que tú, me comi 7 pares, pero yo de San Isidro.

Pelayo

Sv Alteza dijo...

no se metan esas cosas, luego se sienten reivindicadores del género humano.